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sábado, 9 de agosto de 2014

Lactasa: una historia de evolución y adaptación

¿Sabías que hace unos cuantos miles de años solo los recién nacidos podían digerir la leche? Detrás de cada vaso de leche que consumimos hay una larga historia de evolución, adaptación y cambios en nuestro organismo sin los cuales nunca podríamos haber disfrutado del simple gesto de bebernos un cafe con leche, un vaso de leche fresquita o un batido de chocolate. 

¿Quieres saber más? Sigue leyendo.



Uno de los componentes de la leche y el que más problemas da a la hora de su digestión es la lactosa. Seguro que todas/os habréis oído hablar o conocéis a alguna persona intolerante a la lactosa y no sé si soy yo pero me parece que últimamente no dejan de crecer los anuncios de productos sin lactosa. Aunque en esta parte del mundo y en concreto en nuestro país, la mayoría de la población puede digerir la leche sin problemas, en otras partes del mundo lo habitual es no poder digerirla. ¿Por qué? ¿A qué se debe la intolerancia a la lactosa? ¿Es mejor tomar productos sin lactosa?

Para empezar vamos a definir lo que es lactosa. La lactosa es un tipo de azúcar que contiene la leche, concretamente es es un 'disacárido', compuesto por dos azúcares simples: glucosa y galactosa. Según explican en el diario El País, los mamíferos somos capaces de digerir estos dos tipos de azúcares pero no cuando se combinan. Para que se pueda producir esta absorción disponemos de una enzima llamada 'lactasa' que es la responsable de actuar sobre la lactosa y permitir su absorción. Por lo tanto cuando nuestro organismo no produce o deja de producir esa enzima hablamos de intolerancia a la lactosa. 

En principio todos los mamìferos deberían de dejar de producir lactasa a medida que crecen y superan la fase de lactantes, pero como sabemos, no es así y esto se debe a una mutación genética que ocurrió hace 7.500 años (esta es la parte que más me gusta). Parece que esta mutación se dio en una región entre los Balcanes y Europa Central, siendo esta población la primera en volverse tolerante a la lactosa. "Esta expansión de la tolerancia a la lactosa se debió al parecer a una expansión demográfica, o sea que ocurrió una migración de los portadores de la variante genética desde los Balcanes hacia el norte, donde reemplazaron a (y se mezclaron con) la población original, que no era tolerante a la lactosa".

Igualmente, se cree que esta tolerancia pudo dar a esta población importantes ventajas respecto a los intolerantes, permitiendo que la población que toleraba la lactosa se expandiese rápidamente: "Por un lado, les permitió vivir más tiempo y en mejor salud, de manera que podían tener más hijos, y por otro, los hijos eran más sanos y mejor nutridos, de manera que la tasa de mortalidad infantil era relativamente baja".

Mapa de la intolerancia a la lactosa. Fuente: lactosa.org

Este cambio génetico, tal y como explican en el diaro El Mundo, "surgió coincidiendo con la extensión de la cultura de la cerámica de bandas  en el centro y no el norte de Europa. La leche se convirtió para ellos en un alimento relativamente constante, rico en proteínas y menos contaminado que las fuentes de agua y por pura selección natural su organismo siguió fabricando lactasa para poder digerirla". Al parecer este cambio génetico perduró más en unas regiones y poblaciones que en otras, aparentemente relacionado con sus hábitos ganaderos y contacto con la leche animal, por ello hay lugares del planeta donde la mayoría de la población digiere la lactosa sin problemas y otras donde la mayoría no lo hace. Igualmente, aunque crezcamos con la mutación genética que nos permite digerir la lactosa, es posible que con el paso de los años dejemos de producir lactasa o la produzcamos en menor cantidad y nos volvamos intolerantes.

Po lo tanto, ¿es mejor consumir productos sin lactosa? Después de leer a nutricionistas y artículos sobre el tema, la respuesta parece ser NO, ya que la lactosa no es perjudicial para las personas que pueden digerirla

Espero que os haya resultado interesante esta historia y ahora cada vez que vayáis a la nevera a por un vaso de leche, ¡recordad que sois afortunados! Y si sois intolerantes a la lactosa, ¡no se acaba el mundo! Actualmente existen en el mercado muchos productos sin lactosa y formas de atajar este 'problema'.


Fuentes: 
http://esmateria.com/2014/01/22/atapuerca-tambien-ayuda-a-desentranar-el-misterio-de-la-tolerancia-a-la-lactosa/
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2009/08/27/nutricion/1251389091.html
http://www.lactosa.org/saber.html
http://lacomunidad.elpais.com/tiemposdecambio/2010/12/27/como-digerir-leche-cuestion-evolucion

 



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